Sobre mis Resistencias y Medias Móviles

Me presento:

Soy Jose I. Ros, estudié Ingeniería Informática, tengo un Master en Mercados Financieros, Análisis y Gestión de valores bursátiles, he trabajado como Broker para un importante Banco de Inversiones en pleno crash de 2008 y llevo más de 10 años escribiendo libros y manuales de bolsa y análisis técnico, así como impartiendo Cursos de Bolsa.

Pero la realidad es que esto deja poca información. Es como ver un simple gráfico de velas, sin medias, sin resistencias, sin osciladores. Pocas conclusiones se pueden sacar.

Si estoy aquí, soy lo que soy y sé lo que sé, es gracias a mis decepciones e inquietudes, que podríamos llamar «mis medias móviles» y «mis resistencias y soportes

Ingeniería Informática: Un pequeño Soporte.

Me decepcionó lo que planteaba para mi futuro. No, no era lo que yo buscaba, pero esa decepción me enseñó lenguajes de programación, estructuras lógicas, estadísticas, y una visión analítica y objetiva. Por lo que, una vez superada, se convirtió en un soporte. No demasiado importante, pero…

Asesor Financiero y Broker para Banco de Inversiones. Primera Gran Resistencia.

De cómo comprendí la naturaleza del inversor

Empecé mi vida laboral en una Asesoría Financiera, que pensaba que era el comienzo del camino que yo buscaba. Pero no fue así, me encontré inmerso en una empresa más cercana a la estafa que a la bolsa. Pero esa decepción me enseñó a tratar con clientes, sobre todo con inversores que sufrían grandes pérdidas, comencé a comprender que había «algo más» en esto de la bolsa que no se medía en datos, precios o medias móviles, algo que está más cerca de la psicología, de las emociones, ilusiones y, sí, debo decirlo, más cerca de las obsesiones que de un gráfico de velas. Algo que empujaba a una persona a pedir un crédito para invertir en bolsa. Algo que conseguía nublar el juicio de inteligentes empresarios. Algo que conseguía doblegar su juicio en base a cantos de sirena de supuestos asesores bursátiles.

Gracias a estas cosas, aprendí a tener estómago, a tener escrúpulos, a no anteponer mi beneficio al de mis clientes. Sí, fue valioso amprendizaje el comenzar a entrever el mundo de pirateo y tiburones que rodea, por desgracia, el mundo de la bolsa. Si me hubiera dejado llevar por la corriente, hoy sería un hombre bastante más rico en términos financieros, y mucho más pobre en términos de honradez.

De cómo descubrí la naturaleza del mercado

Rebotado de esa experiencia, recalé en la Plaza de la Lealtad, trabajando como Broker para un agente de un Importante Banco de Inversiones en la misma Bolsa de Madrid Rondaba finales del 2007, meses antes del Crash de 2008 y, de la mano de un Agente Financiero regulado y oficial de tal Banco de Inversiones, con 20 años de experiencia en el sector, comencé a conocer las entrañas de las inversiones en bolsa. Las verdaderas entrañas… y lo que allí vi, no me gustó. De nuevo, los intereses de los implicados chocaban. Unos buscaban generar comisiones, los otros se dejaban guiar ciegamente. Unos, recomendando sin la más mínima formación bursátil. Los otros, dando por hecho tal formación en quien les recomendaban.

Esta decepción me enseño que la formación era la base del éxito, que no servían de nada las «informaciones de primera mano» o las intuiciones. Que el concepto de barato es relativo, que en los mercados alcistas gana todo el mundo, pero cuando arrecian las tormentas o en los mercados indecisos, ahí la cosa cambia, y sólo una buena formación nos ayudará a salir airosos y victoriosos en cualquier batalla.

La Formación: Mi Media Móvil, dónde siempre tiende mi camino.

Esta decepción donde descubrí la poca formación y conocimiento de Análisis técnico que campaba a sus anchas por los supuestos profesionales del sector, me empujó a estudiar y formarme lo máximo posible. Primero de forma autodidacta, dedicando muchas horas y madrugadas a mis propios estudios e investigaciones, y después de forma reglada, con un Master en Mercados Financieros. Y fue por algo muy sencillo. No podía ser como «ellos». Era incapaz de dar una recomendación o asesoramiento sin tener unos conocimientos y argumentos objetivos y técnicos que apoyaran tal orientación.

Y por último, llegó la decepción de la realidad. Y esta decepción se basa en que la formación es esencial, pero no basta. Mi propia experiencia vivida en el Crash de 2008, y lo que viví en los clientes y amigos inversores, comprendí que, en la bolsa e inversiones,  tanto o más importante que la formación es el control emocional. Es decir, la capacidad de aplicar de forma objetiva e «insensible» los conocimientos adquiridos. El cerrar una operación perdedora sin miramientos ni dudas. El abrir una operación con confianza ciega en un sistema probado. En no dudar en colocar un stop-loss.

En definitiva, aprendí que el análisis técnico ordena y es nuestro cerebro quien debe ejecutar las órdenes. Si entra en juego las emociones, las ilusiones, las intuiciones, el análisis técnico y la formación poco pueden hacer para salvar tu operación.

De cómo aprendí que la solución era la independencia

Desde aquellos años nace mi vocación y pasión por los Cursos de Bolsa, sentí la necesidad de formar a mis clientes, convencido que el mejor asesor y analista financiero es uno mismo. Y ese es mi objetivo con los Cursos de Bolsa, los libros y manuales de análisis técnicos y con el resto de artículos y contenidos de esta web: La Independencia Analítica del inversos particular. O por lo menos, aportar mi grano de arena para conseguirlo.